8 oct 2017

América Latina y Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial a la Guerra Fría

Las relaciones con Estados Unidos:
       Entre 1939 y 1941, el gobierno de los Estados Unidos desarrollo intensas gestiones  diplomáticas en América Latina con el objetivo de lograr  la neutralidad de los países  de la región en la guerra y asegura la protección  de la paz en el hemisferio occidental.
En la Conferencia de Ministros de Asuntos Exteriores americanos celebrada en Panamá en setiembre de 1939, por iniciativa del representante de Estados Unidos, se decidió el establecimiento de un Comité Asesor Interamericanos Económico y Financiero (CAIAFE). El mismo creó a su vez una Comisión Interamericana de Desarrollo para estimular el intercambio no competitivas a los Estados Unidos, el comercio interamericano y el desarrollo de la industria latinoamericana. En 1940 se establecieron una Compañía  de Reserva de Caucho y una Compañía de Reserva de Metales para adquirir y almacenar materias primas estratégicas utilizadas en la producción de armas y municiones en América Latina y otras partes del mundo. También se creó un Banco de Exportaciones e importaciones que contó con el capitales estadounidenses y se convirtió en un instrumento de control  por parte de Estados Unidos sobre las fuentes de materias primas sobre la región. El Banco otorgó un importante crédito a Brasil para construir una planta siderúrgica en Volta Redonda, proyecto que la empresa Alemana Krupp había mostrado interés en apoyar.
      Después del ataque de Japón contra la base Pearl Harbor, los Estados Unidos se involucraron más directamente en el conflicto y exigieron a los gobiernos latinoamericanos el apoyo a la causa de los Aliados. En la Conferencia de Ministros de Asuntos Exteriores , celebrada el Río de Janeiro en 1942, el representante estadounidense presionó para que se tomara la decisión de romper relaciones diplomáticas con y económicas con las potencias del Eje. Esta propuesta fue aceptada por la mayoría de los Estados, con excepción de Argentina y Chile.
      A partir de entonces, los Estados Unidos aumentaron las compras de insumos estratégicos a varios países latinoamericanos que habías declarado la guerra  a Alemania y facilitaron el otorgamiento de créditos para la construcción de carreteras y para la adquisición de equipos de transportes y maquinarias. En particular, dieron prioridad especial a los requerimientos de bienes de capital para la industria brasileña e impulsaron, a través de diferentes "convenios de cooperación", el desarrollo de la industria siderúrgica (hierro y acero) en Perú y en México. 
      Argentina y Chile fueron los países que por más tiempo se negaron a declarar la guerra al Eje y, por esta razón, sufrieron sanciones comerciales y financieras. Sin embargo, Gran Bretaña intercedió a favor de Argentina , ya que este último era el principal proveedor de productos vitales para la continuidad de las acciones de las tropas británicas en el frente _tales como carne enlatada para la alimentación de los soldados, cuero para el mantenimiento de los armamentos y aceite de linaza para el camuflaje _.
      La intervención de los Estados Unidos en las economías latinoamericanas durante la Segunda Guerra Mundial tuvo efectos contradictorios. Por un lado, su interés por mantener bajo su control la producción de insumos estratégicos impulsó el desarrollo de algunas industrias básicas. Pero, sin embargo, este desarrollo no aumentó la autonomía latinoamericana; por el contrario, significó un abrumador  crecimiento de la influencia estadounidense en la región.  

      Tras el inicio de la Guerra Fría, la relación entre la superpotencia y Latinoamérica cambió radicalmente. Los distintos gobiernos de la región ya no serían evaluados según su adhesión a los principios democráticos occidentales, sino más bien según su cercanía o distancia del bloque soviético y su grado de sumisión a las directrices norteamericanas. Estados Unidos propició la creación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), en 1947, y de la Organización de Estados Americanos (OEA), en 1948, con el fin de asegurarse la lealtad de los países de la región en caso de alguna amenaza proveniente del mundo socialista.
     Entre 1961 y 1970, Estados Unidos creó la Alianza para el Progreso. Este plan fue propuesto por el presidente John F. Kennedy como una forma de ayuda económica y social para América Latina, siendo una estrategia para contener la propagación de movimientos revolucionarios en la región.


Texto realizado gracias a datos de:
"Historia del Mundo Contemporáneo", Alonso, Vázquez y Giavón. AIQUE, Polimodal. Bs.As. 2005
"Historia, Geografía y Ciencia Sociales" Editorial Santillana, Chile 2009

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