El conquistador español Francisco Pizarro ejecutó a Atahualpa, el último emperador incaico. En lo alto de las Montañas de los Andes Peruanos, el inca construyó una civilización deslumbrante que creció durante tres siglos. Aunque no tenían ningún sistema de escritura, tenían un gobierno complejo, grandes obras públicas y un sistema agrícola inteligente. Sin embargo, 180 conquistadores españoles liderados por Pizarro destruyeron esa civilización. Tras ganar la confianza del Emperador Atahualpa, Pizarro preparó una emboscada al líder inca y a su ejército. Apoyado por un terrible ataque de la artillería española y de la caballería, mataron a miles de Incas. Pizarro encarceló a Atahualpa, exigió un cuarto lleno de oro como rescate por su vida y después lo ejecutó.
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