5 oct 2023

La Guerra Grande (1839-1851)

Fue una guerra muy compleja, que puede ser vista desde distintas perspectivas. A nivel local fue una guerra civil entre dos bandos políticos: colorados y blancos. A escala regional fue un conflicto entre dos ideologías opuestas: federalismo y centralismo. También fue parte de las acciones de las grandes potencias industriales europeas del siglo XIX. En Uruguay, la Guerra Grande llegó a poner en riesgo la continuidad del país. Los bandos orientales, que apenas se estaban configurando en 1836, se consolidaron durante esta larga lucha. Cada uno de ellos fue formando un conjunto de rasgos que le dieron identidad, en relación con el proceso de la guerra: los blancos más asociados al campo y a la tradición americana; los colorados, más urbanos y cosmopolitas, se vincularon más con el liberalismo europeo. Gran parte de la guerra transcurrió en Uruguay. Desde 1842 hasta 1851, Montevideo permaneció sitiada por las fuerzas de Oribe y los federales. El campo uruguayo sufrió enormes pérdidas. Fue recorrido y arrasado por los ejércitos que se alimentaban del ganado y ocupaban las estancias, durante casi diez años. Los dos bandos orientales se aliaron con las corrientes políticas argentinas: los blancos con los federales de Rosas y los colorados con los unitarios. La guerra civil se transformó en regional, como consecuencia del enfrentamiento entre estos dos modelos de organización política, que luchaban desde las primeras etapas de la independencia. También intervinieron en este conflicto las potencias europeas del momento: Francia e Inglaterra. En esa época estaban desarrollando su industria y necesitaban contar con buenos mercados. Para eso llevaron adelante varias acciones en todo el mundo; entre ellas, sus intervenciones en el Río de la Plata contra la política nacionalista de Rosas.



Tratados de 1851
El gobierno de la Defensa obtuvo el apoyo del Brasil en la lucha contra Rosas a cambio de los tratados firmados por Andrés Lamas, representante del gobierno de la Defensa ante Brasil. Estos tratados son considerados por la mayoría de los historiados lesivos para nuestra soberanía.
1. Tratado de límites: se renunciaba a los límites legítimos establecidos en el tratado de San Idelfonso y se reconocía como límite norte el río Cuareim.
2. Tratado de alianza: se consagraba la intervención del Brasil en los asuntos internos del país; “…el gobierno de Brasil se compromete a prestar apoyo eficaz al presidente” del Uruguay.
3. Tratado de extradición, se permitía la devolución de los esclavos brasileños refugiados en nuestro país, donde ya no existía legalmente la esclavitud.
4. Tratado de comercio y navegación, se establecía la libre navegación del Río Uruguay y sus afluentes. Por 10 años no se cobraba impuesto al tasajo que se exportaba a río Grande y se reconocía la libre exportación del ganado en pie a esa región.
Esto perjudicaba a nuestra industria saladeril que perdía la materia prima indispensable y al Estado uruguayo que no recibiría impuestos.
5. Tratado de prestación de socorro, el Brasil prestaba mensualmente 60.000 patacones con un elevado interés y como garantía se hipotecaban las rentas aduaneras, importante fuente de ingresos del país.

Consecuencias:
- Descenso de la población; 1840: 140.000 habitantes; 1852: 132.000 habitantes en el país.
- Soberanía comprometida.
- Ruina de la ganadería; 1843 6 a 7 millones de cabeza de ganado; 1852 unas 2 millones.
- Desvalorización y extranjerización de la tierra. El descenso del valor de la tierra favoreció al comprador extranjero: brasileños (en 1857 poseían el 30% del territorio nacional), ingleses, alemanes, franceses y españoles.
- Se acentúo la pobreza.
- Ruina de la industria saladeril; 1842: 24 saladeros; 1854: 4 saladeros.
- Crisis financiera: peligroso endeudamiento del Estado con acreedores internos y naciones extranjeras. Todos los recursos del estado estaban hipotecados, los derechos de aduana, las propiedades públicas, etc.


"La hidrovía constituida por el Río de la Plata, el río Uruguay, el Paraná, el Paraguay y sus respectivos afluentes son la puerta de entrada y salida a las tierras del centro de América del Sur.
Las naciones como el Paraguay, el Mato Grosso, y todas las provincias litorales argentinas que no tienen costa oceánica, no tiene más que valerse de ésta ruta de comercio para la importación y exportación de mercaderías.
Por éstas razone es que la navegación de los ríos es tan importante para Inglaterra y Francia.” 

(Cita de María Elena Rodríguez, historiadora uruguaya, 23/02/03)


“Ni Francia ni Inglaterra podían aceptar oposiciones y obstáculos para comerciar con otras regiones del mundo, puesto que sus economías exigían, perentoriamente, zonas de donde extraer materias primas baratas y abundantes y mercados dónde vender sus productos manufacturados. Así, entonces, si China se oponía a la introducción de opio en sus puertos, Inglaterra debía hacerle la guerra -la llamada Guerra del Opio- e imponer su consumo (1842). Así, también, si Japón se negaba a mantener contacto con los occidentales, Estados Unidos enviaba una flota para forzarlo a comerciar (1854). Dentro de esta serie de episodios hay que inscribir la oposición de Rosas, primero a los franceses y luego a los franceses e ingleses aliados. En 1845 Rosas cerró el Río Paraná por considerarlo río interno, e impidió así el contacto directo de los europeos con las provincias del litoral y con Paraguay. Si, como estos sospechaban, triunfaba su plan de anexarse al Uruguay, el Río de la Plata también se convertiría en río interior y podría ser cerrado de igual manera al comercio europeo. Ni Francia ni Inglaterra podían aceptar esta situación. El combate que ambas llevaron adelante en el Paraná en 1845, no sólo quiso romper el bloqueo y hacer pasar, detrás de sus buques de guerra, cien barcos repletos de mercancías, sino también mostrar su voluntad de abrir regiones y eliminar obstáculos a su comercio e influencia.”

Fuente: Benjamín Nahum “Manual de historia del Uruguay 1830-1903” Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo. Pág. 86


Ruta de la Guerra Grande (1839-1851):

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Bienvenido a creartehistoria, aquí tu opinión importa.